Lifestyle versus lujo

Ahora que lujo es una mala palabra malsonante, Hoteles en todo el mundo intentan encontrar maneras de reinventar sus descripciones. ¿La solución rápida? Simplemente borrar todas las referencias sobre “lujo ” en materiales de marketing y reemplazarlas con “estilo de vida o lifestyle” . Como por arte de magia, la imagen del hotel se transforma en visiones de baños de champagne, tratamientos de oro y experiencia holísticas que se unen a su vez con responsabilidad ambiental y conexión con el entorno.

Una tendencia similar comenzó acerca de hace una década. Word creó el término boutique y consiguió que sus hoteles fuesen más rentables, pero cuando las grandes cadenas adoptaron el concepto, se empezó a perder el significado y cayó la reputación de los hoteles Boutique . Un nuevo concepto era necesario y se creó el concepto “Lifestyle”.

¿Qué es exactamente un hotel “lifestyle”? Nadie lo sabe realmente. Esencialmente, ofrece servicios y comodidades que responden a un tipo de cliente con similar demografía, con gusto compartido, similares niveles de ingresos, hábitos, actitudes y valores. Son hoteles temáticos creados para satisfacer las necesidades de un target determinado: para singles, gay friendly, amantes de la naturaleza, gastrónomos…

Esta vez las cadenas dirigen los trabajos. Starwood tiene Element y Aloft; Marriott tiene Edition; Hyatt Andaz; Intercontinental Indigo; y la lista continúa. En muchos sentidos los Hoteles Lifestyle son un gran ajuste para las cadenas. Mientras que Hotel Boutique tiende a ser un Hotel de tarifas altas, exclusivo y urbano, el Hotel Lifestyle tiende a ser más razonable en precio, incluyente y accesible, ubicado en los mercados secundarios, como pequeñas ciudades y fuera de los cascos urbanos.

El mayor desafío para las cadenas es cumplir la promesa inherente de Hoteles “Lifestyle”: estar al día con las preferencias de los viajeros. Esto puede ser agotador y caro, pero hemos de evocar no sólo las preferencias de estilo de vida de nuestros huéspedes sino también, el alma del hotel.

¿Alma? Es todo lo abstracto: la personalidad, la cultura y el espíritu, Algunos hoteles tienen todos los elementos correctas — bonito diseño, productos de calidad, servicio eficiente —pero debemos definir la visión del hotel y los valores, y utilizarlos para orientar todas las decisiones de gestión y marketing.